miércoles, 23 de noviembre de 2011

El redescubrimiento de las coles de bruselas

¿Cómo es posible que algo que huele tan mal al cocinarlo tenga tanta aceptación en Londres? Pues fácil. Están muy buenas y bien de precio.
Recuerdo cuando era pequeño que mis padres hacían de vez en cuando coles de bruselas, o solas o hervidas con alguna otra verdura.
Hasta que me di cuenta, más tarde que pronto, de que con rabietas, gritos, sentencias y enfados, no llegaba a ningún lado en mi casa, me las comía. Pero cuando aprendí a expresar lo que de verdad me pasaba con las coles de bruselas, que no soportaba el olor, conseguí dejar de ver las coles en mi plato hasta hace poco que las vi en todos los puestos de verdura de Londres y me vino la añoranza.
Puedes tener algún problema si las llevas a la oficina a comer en un táper. El momento de abrirlo después de calentarlo en el microondas es delicado. Lo digo por experiencia propia.
Pero están muy buenas. Me alegro de haberlas redescubierto y ahora están en todos mis platos de verduras.

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